Mis pilares centrales del BDSM
En el imaginario colectivo ajeno al mundo del BDSM se ve a éste como un submundo oscuro en el que una persona dominante ejerce violencia física y sexual sobre otra persona, o conjunto de personas, en un papel de sumisión. Este imaginario se complementa con vestimentas de cuero o látex, además de látigos, floggers y otros elementos de tortura. En sus cabezas es espectacular, sin duda.
Aquellos que vivimos dentro de las fronteras del BDSM, ya sea desde la curiosidad por sus prácticas o como un estilo de vida, afortunadamente disfrutamos de visiones más cercanas a la realidad de las dinámicas y las relaciones que se dan y establecen en este, para mí, maravilloso mundo.
Aún así en ocasiones parece que el BDSM es como una atractiva piscina comunitaria a la que se lanza la gente sin mirar si hay agua; la falta de información y la precipitación son unas malas consejeras para aquellos que se acercan tímidamente (o de forma descarada, que los hay) a este mundo y les puede llevar a no disfrutarlo en su justa medida o incluso a salir mal parados a nivel físico o emocional, alejándolos inexorablemente de aquello que puede ofrecer el BDSM a las personas a distintos niveles.
En esta entrada deseo aportar, desde mi visión personal, unas pinceladas de información y arrojar un poco de luz sobre las sombras del BDSM. Todo esto sin ánimo alguno de sentar cátedra de forma inamovible: convivimos muchas personas y visiones en este mundo, donde lo más maravilloso es conocer a otras personas y compartir puntos de vista o experiencias con ellos.
Personalmente creo que en el BDSM hay varios pilares que forman los cimientos básicos sobre los que levantar cualquier tipo de relación o dinámica, independientemente de los roles implicados. Sin estos pilares falla la cimentación y, más pronto que tarde, la relación entera cae: no importará el tiempo invertido ni lo que las partes hayan depositado en ella, el fallo será catastrófico y con casi toda probabilidad, dañino y doloroso para alguna de las partes.
Estos pilares son, para mí, el consenso, la seguridad, la responsabilidad y la comunicación. Veámoslos al detalle.
El consenso
¿Qué es el consenso? Si nos atenemos estrictamente a la definición de la RAE encontramos lo siguiente:
“Del latín consensus.
1. m. Acuerdo producido por consentimiento entre todos los miembros de un grupo o entre varios grupos.
Sinónimos: conformidad, unanimidad, acuerdo, concierto, convenio, pacto, avenencia.
asentimiento, consentimiento, aprobación, aquiescencia, asenso, beneplácito, anuencia.
Antónimos: disenso, disconformidad, discrepancia, desacuerdo.”
¿Qué es, entonces, el consenso en el mundo del BDSM?
Primero debemos tener en cuenta que las dinámicas en el BDSM se pueden dar entre dos personas o un grupo de personas, unas ejerciendo el rol de dominante y otras asumiendo el rol de sumisión. En adelante hablaré de “las partes” implicadas, teniendo en cuenta que puede afectar a un número distinto de personas, entre las que se reparten las respectivas responsabilidades.
Definimos el consenso como una serie de condiciones acordadas por las partes implicadas en una dinámica de BDSM bajo consentimiento informado y no viciado.
Para poder acordar estas condiciones son completamente imprescindibles dos factores básicos en cuanto al consentimiento: éste debe ser informado y no viciado en ambas partes y en las dos direcciones de la relación.
Informado en cuanto a que ambas partes han de tener una visión completa y ser plenamente conscientes de las implicaciones físicas, psicológicas y emocionales de las prácticas y dinámicas a realizar.
Algunos ejemplos, sin excluir otros escenarios:
– En prácticas de humillación de la parte D hacia la s, ésta última puede sufrir afectaciones a su autoestima o resultar dañado emocionalmente si se sobrepasan algunos límites.
– En prácticas de penetración anal, sondas uretrales, medical fetish y otras similares se pueden causar daños físicos en quien la recibe si no se toman las precauciones adecuadas o no se tiene un mínimo de experiencia o formación.
– En dinámicas de servicio hacia la parte dominante cabe la posibilidad de que el nivel de capacidad habido y el nivel de las tareas exigidas sean incompatibles, dañando las aspiraciones o emociones de una de las partes o de ambas.
No viciado en cuanto a que no pueden darse coacciones, influencia psicológica o alteraciones de la capacidad de raciocinio por efectos de drogas o estimulantes en ninguna de las partes implicadas. Debe tenerse en cuenta que el vicio en el consentimiento puede darse en ambos sentidos de la relación, tanto de la parte dominante sobre la parte sumisa como en el otro sentido.
Algunos ejemplos, sin excluir otros escenarios:
– Aprovecharse de una mentalidad o autoestima más débil para imponer la propia voluntad sobre esa persona, forzándola de esta manera a aceptar unas condiciones que no aceptaría de otra manera.
– Capacidad de raciocinio alterada a causa de drogas o estimulantes por alguna de las partes. Aquí pueden incluirse también algunos tratamientos con medicamentos.
– Ocultar o falsear información de forma deliberada a la otra parte, ya sea respecto a las propias prácticas o dinámicas como hacia opiniones, nivel de experiencia o límites propios.
La seguridad
“seguro, ra
Del lat. secūrus.
1. adj. Libre y exento de riesgo.
Sin.: invulnerable, inatacable, inexpugnable, inmune.
Ant.: inseguro, peligroso, arriesgado.”
Toda práctica, relación o dinámica implica la existencia de ciertos riesgos, por mínimos que éstos puedan ser. El conocimiento de tales riesgos y el disponer todas las medidas posibles para reducirlos o anularlos es lo que convierte esa actividad en segura.
Nuevamente la información vuelve a ser un factor básico como en el apartado del consenso, aunque ampliando esta información más allá de conocer la ejecución, desarrollo y consecuencias de una práctica, añadiendo el conocer sus riesgos inherentes y la forma de reducirlos parcial o totalmente.
Algunos ejemplos, sin excluir otros escenarios:
– Penetración anal, sondas uretrales, medical fetish: Uso intensivo de lubricantes adecuados, materiales de calidad, conocimiento de las zonas del cuerpo a manipular.
– Shibari, ataduras: Formación y conocimiento sobre ataduras y métodos de restricción de movimientos, conocimiento de anatomía humana, uso de materiales de calidad, opción a liberar de forma rápida o inmediata en caso de incomodidad o dolor no deseado.
– Látigo, floggers, palas y otros: cuidados de la piel tanto previos como tras la práctica, entrenamiento adecuado (puntería, fuerza)
Este pilar tiene una importancia capital, y es por ello que dedico buena parte de mi tiempo en informarme con detalle de los posibles riesgos presentes en las prácticas y dinámicas que realizo, así como en las medidas a tomar al respecto.
Algunos de estos riesgos son inevitables, especialmente en prácticas de alta intensidad, por lo que hago mucho hincapié en reducirlos a la mínima expresión posible por el bienestar de mis sumisos.
La responsabilidad
“responsable
Del lat. mediev. responsabilis ‘que requiere respuesta’, y este der. del lat. responsāre ‘responder’.
1. adj. Obligado a responder de algo o por alguien. U. t. c. s.
Sin.: tutor, encargado, causante, culpable.
2. adj. Dicho de una persona: Que pone cuidado y atención en lo que hace o decide.
Sin.: cumplidor, consecuente, formal, serio, sensato, juicioso, consciente, prudente.
Ant.: irresponsable, insensato.”
Aunque en el BDSM se dan dinámicas de dominación y sumisión ninguna de las partes relega en ningún momento su responsabilidad individual en su contraparte: cada persona es totalmente responsable de sus actos durante una sesión de BDSM.
La responsabilidad personal no quita que se dé una responsabilidad conjunta en cuanto a que cada participante debe tener una cierta confianza en su contraparte y asegurarse de que ésta también acepta sus propias responsabilidades.
Durante la realización de prácticas o dinámicas en el BDSM se provocan reacciones físicas y mentales, en busca de un placer o disfrute que llega por diferentes sensaciones, según cada persona; puede llegar a través de caricias, de ciertos niveles de dolor, incluso por estimulación sensorial.
Pero estas reacciones pueden conllevar consecuencias no deseadas que afecten a la integridad física o psicológica de alguna de las partes. No sólo heridas o daños físicos en partes del cuerpo, sino que afecten a la salud mental de alguno de los participantes, incluyendo algunas aparentemente “invisibles” como afectaciones a la autoestima, dudas sobre las propias capacidades, etcétera.
Para alcanzar ese placer las prácticas deben realizarse de forma responsable;
– Con conocimiento de lo que se hace.
– Sin intención de dañar y siendo conscientes de las consecuencias.
– Conociendo los límites de la otra persona.
– Informando de posibles condiciones médicas que pudieran interferir en una buena práctica con seguridad.
– Siendo plenamente conscientes de las inquietudes, dudas y estado emocional, propias y ajenas.
– Con predisposición a detener la práctica de forma segura si se da algún inconveniente o cualquier síntoma de que algo no procede debidamente o se está generando un malestar a alguna de las partes.
Aunque no es algo presente siempre, el denominado aftercare forma parte, en mi opinión, de la responsabilidad. El aftercare es el conjunto de cuidados, mimos y relax que se producen una vez terminadas las prácticas o dinámicas, generalmente pero no de forma exclusiva desde la parte Dominante hacia la parte sumisa, especialmente cuando se han realizado prácticas de fuerte exigencia física y mental.
A pesar de que durante mis sesiones puedo ser llegar a ser cruel e intensa si se me solicita, una vez terminadas cuido debidamente de mis sumisos y su bienestar. Adoro el BDSM y sé muy bien que cada cosa tiene su momento; el momento de ser dura, y el momento de ser amable.
La comunicación
“comunicar
Del lat. communicāre.
1. tr. Hacer a una persona partícipe de lo que se tiene.
2. tr. Descubrir, manifestar o hacer saber a alguien algo.
3. tr. Consultar con otros un asunto, tomando su parecer.
Sin.: informar, notificar, transmitir, anunciar, avisar, participar, revelar, televisar, telefonear, enterar.
Ant.: callar, ocultar.”
La comunicación, a pesar de la verticalidad propia de las relaciones en el BDSM, debe ser bidireccional, con ideas claras, concisas y desde el máximo respeto hacia la otra parte, ya sea previamente, durante las dinámicas o a posteriori. El intercambio de información sobre las sensaciones y las emociones, esperadas o experimentadas, permite poner a las personas implicadas en una misma línea que garantice el disfrute por igual, dentro de sus roles.
Cuando la comunicación es previa a las dinámicas ayuda a establecer una línea consensuada y segura para realizar éstas, por lo que tiene un papel muy importante.
Cuando se da durante la realización de las dinámicas permite modular la intensidad y las sensaciones para ambas partes y hacerlas más seguras y cómodas en medida de lo deseable.
La comunicación tras las dinámicas permite intercambiar y expresar las sensaciones acontecidas, las emociones sentidas y evaluar así tanto los puntos fuertes a reforzar como los débiles a mejorar.
Este es el pilar al que doy la mayor importancia en mis protocolos desde la primera toma de contacto; interesarme en quien se acerca a mí respetuosamente buscando una experiencia en el BDSM, para después progresar y evolucionar juntos en este mundo, en un constante intercambio de información sobre las sensaciones, lo cual me permite dar lo mejor de mí sin excederme ni superar los límites y a su vez asegura la mejor de las experiencias para mis queridos sumisos.
El hecho de que el BDSM sea visto como un submundo oscuro con cierto atractivo sexual puede llevar a bastantes personas a lanzarse sin hacer una búsqueda previa de información, siendo una puerta de entrada de perfiles poco “seguros”: personas que buscan una satisfacción inmediata a cualquier precio; que no saben ni desean informarse sobre protocolos, prácticas y cómo proceder con responsabilidad ni seguridad.
Como resumen final, expresar que estos son los que considero pilares inamovibles del BDSM, estrechamente relacionados entre sí como si formaran una misma columna que sostiene todo.
El consenso trata de llegar a un acuerdo entre dos partes; La seguridad es tener un entorno seguro en el que realizar estas prácticas consensuadas; La responsabilidad es poner los medios propios y conjuntos de todas las partes para realizar estas prácticas y dinámicas asumiendo de buena fe las consecuencias de las mismas; La comunicación es el pilar que ayuda a conectar el resto de pilares para formar unos buenos cimientos en una relación o dinámica en el BDSM.
2 Comentarios
sumi67
Información básica explicada de una forma clara y didáctica. Da gusto leerle Lady.
Aparte de escribirlo, sé por experiencia que también lo aplica.
Espero que siga ofreciéndonos este tipo de magníficas entradas en su blog.
Uninvited Guest
Saludos otra vez, Lady Sadira.
Nos sorprende en esta ocasión con un magnífico artículo didáctivo y divulgativo sobre el BDSM, y es que es una clara muestra de lo que representa el mundo del BDSM como parte intrínseca de su vida y no como un hobbie o pasatiempo. El BDSM es su lifestyle, y se nota el cariño y dedicación que pone en ello.
El escrito ha quedado muy redondo, sobretodo teniendo en cuenta lo complicado que es tratar estos temas en extensión para que no queden cabos sin atar. Mis más sinceras felicitaciones, Lady.
Como bien han comentado, también puedo dar fe de que más allá de dejarlo por escrito lo lleva grabado en piedra en su saber hacer cotidiano y para con sus sumisos. Forma parte de su vida y nos traspasa todo ello a nosotros, con todo su cariño y sadismo. Tan cariñosamente sádica e implicada.
Como siempre, a sus pies, Lady Sadira
Uninvited Guest