Mi primera vez a los pies de Lady Sadira
¿Por qué cuando te sientes feliz y te lo pasas bien el tiempo literalmente vuela? Te crees que llevas 10 minutos y ha pasado una hora. ¿Cuál es el propósito de nuestra existencia?
Es probable que no encontremos una respuesta a estas preguntas, pero sí que puedo afirmar que Lady Sadira tiene algo sobrenatural, algo que te conmueve y te somete.
He conocido a Lady Sadira hace dos semanas y la espera se me hizo eterna, pero finalmente, el día tan esperado ha llegado. La noche anterior a la sesión no pude dormir bien. Me atormentaba la preocupación de no estar a la altura y no ser digno de estar a tus pies. Sin embargo, me mantenía firme en la premisa de que daría lo mejor de mí.
Sadira llegó puntual. Como siempre fabulosa, elocuente con su cabello de leona, un jersey, un vestido, unas medias y unas botas que no dejarían indiferente a nadie y desde el primer momento me llamaron la atención.
Lo primero que hice al acercarme a ella fue besarle la mano, no se merece menos. Una sonrisa se dibujó en su rostro. ¡Qué guapa es! Tiene un cuerpo perfecto y una carita de ángel. (Pero no os dejéis engañar, tiene una mirada feroz y arrolladora que te somete inmediatamente y te hace entender cuál es tu sitio). Me di cuenta que llevaba consigo una mochila bastante llena, un café y… lo que intuía que podía ser un pequeño pastel. Ya os imagináis el propósito de este último…que ricooo…
Nunca antes había estado en una mazmorra (ni sometido por una Domina). Al entrar, me quedé atónito. La mazmorra parecía literalmente sacada de una película. Era tal y como me la imaginaba. Mi nerviosismo llegó a tal punto que no podía pensar con claridad.
Lady Sadira abrió su mochila y empezó a sacar los juguetes que trajo: cuerdas, pinzas, látigos, dildos de distintos tamaños, una máscara de perro y demás artilugios imponentes y dignos de una Diosa como ella. Contuve la respiración, no me podía creer lo que estaba contemplando.
Me dijo: «quítate la ropa y arrodíllate». Luego empezó el juego. Le brillaban los ojos. Me ordenó que le quitara las botas, seguidamente me hincó sus calcetines en la cara. ¡Qué bien olían! Le ayudé a quitarse el jersey, el vestido y las medias.
Tras toda la ropa se ocultaba un cuerpo perfecto en lencería roja…Me he excitado demasiado y bajé la mitada vislumbrando sus bonitos pies. Sacó los tacones de su mochila y me ordenó: «Pónmelos». Obedecí.
Me envolvió la cara con sus medias…Menuda locura. Estaba en mi éxtasis.
-Ahora quiero que me beses los pies.
Obedecí de nuevo. Estaba hipnotizado por mi Diosa, me sentía tan impotente y débil ante ella. Le pertenecía en cuerpo y alma.
-«Ahora ponte a cuatro» Ordenó
Presentía lo que iba a pasar. Me iba a desvirgar el culo. Me puso lubricante en el ano y me metió el dedo. Buah, cuando me tocó la próstata me sentí como en el paraíso. Esa sensación es indescriptible.
-Bésame los pies.
Cuando me distraje lo suficiente, me insertó el plug anal.
-Tienes un culito bien apretadito. Tenía pensado meterte algo más grande pero no pude.
Luego llegó la hora del muffin:
-¿Has desayunado?
-Sí Diosa
-Pues ahora te tocará desayunar más.
Cogió el muffin, le pegó un mordisquito y lo escupió al suelo. Seguidamente, lo aplastó con sus fulminantes tacones.
-Cómetelo.
Su voz es dulce pero a la vez cuando te ordena algo te subyuga de tal forma que no puedes desobedecer. Fue el muffin más delicioso de mi vida. Masticado y pisado por la mismísima Lady Sadira. ¡Menudo privilegio! Luego le limpié las suelas de los tacones con la lengua.
-Túmbate.
Se puso de pie encima mío. Me empezó a clavar sus tacones en la espalda. Al principio fue suave pero a medida que fue pasando el tiempo la intensidad fue aumentando. Sacó un rodillo con pinchos y me lo empezó a pasar por la espalda.
Honestamente, no sé cómo aguanté semejante tortura. Ah, esperad… ¡Sí lo sé!
Todo el dolor infligido por Lady Sadira es interpretado por mí como placer. Antepongo su voluntad a la mía. Mi deber como esclavo es cumplir todos sus deseos y hacer que ella disfrute. Así que tocó aguantar y disfrutar a partes iguales. Lo único que podía hacer en aquél entonces era gemir y murmullar» gracias, mi Diosa. No me lo merezco». Y ella me clavaba sus tacones cada vez más fuerte. Es verdad lo que dicen de ella, es cariñosamente sádica. Me dejó la espalda hecha un cuadro.
Qué bien se siente cuando te pisa Lady Sadira. Me considero afortunado por haber estado bajo sus tacones. Me dejó toda la espalda llena de marcas (y la mente también), marcas de pertenencia…
Pero el juego no ha terminado ahí, tras semejante tortura sacó su fulminante látigo.
-Ponte a cuatro patas. ¿Qué edad tienes?
-21
-Te ordeno que cuentes cada latigazo.
Los primeros tres se aguantaron bien, pero luego cada azote me hacía temblar, me quemaba la piel y resonaba por toda la mazmorra.
Me estremecía y apretaba los puños. Antes de propinarme el último azote, hizo una breve pausa que para mí fue eterna. Aguanté la respiración …¡Chass!
Me tumbé boca abajo. Sadira me reventó completamente. Estaba tan destrozado y eufórico a la vez que solo podía gemir.
Por último, me dijo:
-Cachorrito, te has portado muy bien. Aquí tienes tu premio.
Y me dejó adorar su preciosos pies. Qué maravilla aquello, tiene una piel sedosa perfecta y un tatuaje en el pie izquierdo. Uff, qué maravilla. Aquello fue el mejor regalo para mí, le masajeé cuidadosamente cada dedo mirándole a los ojos. Es una sensación indescriptible el estar de rodillas lamiéndole cuidadosamente cada dedo del pie y que te dirija su mirada de lincw desde arriba.
Me ordenó ayudarle a ponerse las medias.
«¿Las doblaste al revés, en serio?», espetó.
Me propinó una sonora bofetada. Me sentí avergonzado.
Tras haberse vestido por completo, la sesión había terminado. Me dio un fuerte abrazo. En aquel momento me sentí la persona mas feliz del mundo. Por cierto, ¡Qué bien huele la Diosa!
Estoy repleto de agradecimiento por todo lo que me ha hecho sentir mi Ama. Para mí la relación con Lady Sadira va más allá del morbo. Por supuesto que me abrió las puertas del mundo femdom, pero me sirve de estrella que me marca el camino en mi vida para intentar ser cada día mejor.
Se ha apoderado de mi mente, siento que se va a quedar ahí para siempre. Se ha convertido en la dueña de mi cuerpo y alma, por lo que le agradezco enormemente.
Gracias por leer esto, me despido con la palabra «Tupananchiskama», lo que significa «hasta que la vida nos vuelva a encontrar.
Más bien, hasta que Lady Sadira me conceda el privilegio de postrarme a sus pies.😍✨
Un comentario
Uninvited Guest
Buenas tardes, Lady Sadira.
Gracias por un nuevo relato de una primera experiencia de uno de sus sumisos con Usted. Esas primeras experiencias que tantos nervios nos producen, pero que nos abren las puertas a un increíble mundo en el que caminamos de su cálida pero firme mano. Esa primera experiencia que uno nunca logrará olvidar. Ese primer contacto en el que Usted nos marca de por vida.
Mis felicitaciones al iniciado y., como siempre, mis respetos y devoción hacia Usted.
A sus pies, gráciles y hermosos, Lady Sadira.
Uninvited Guest