Mis experiencias

La polícia de la moral

Este título puede parecer un tanto extraño si no entendemos el contexto de donde viene. Hay un sumiso con el que suelo quedar a menudo, ya tenemos una cierta confianza y eso se nota. Además de tener sesiones de BDSM más «tradicionales» esta intimidad y familiaridad que hemos ido creando con el tiempo nos ha dado la libertad para ponernos más creativos e interpretar papeles bastante originales.

En esta ocasión yo era la policía de la moral, vivía en un futuro no muy lejano y mi misión era la de educar a un pagano que no seguía las normas del poder que había tomado el control de las calles en Barcelona para que deje de masturbarse y tener pensamientos lascivos. A este hereje lo habían capturado en una iglesia por hacerse una paja en público y mi misión era la de explicarle el por qué eso estaba mal. El método era sencillo; yo tenía que excitar y cada vez que él tuviera una erección castigarlo y darle un sermón sobre lo inmoral que era su comportamiento. 

Como persona formal que se dedica a educar a personas alejadas del orden establecido había elegido un atuendo muy adecuado para la ocasión; una camisa blanca, unos pantalones chinos negros, unos stilettos negros y unas gafas de pasta negras, mi cabello esta recogido con un moño alto. Para empezar desnudé por completo al sumiso, él tenía que sentir la vergüenza de tener su cuerpo desnudo, le puse unas esposas en las manos y con ayuda de una cuerda posicioné sus brazos por encima de su cabeza, sus pies los inmovilice con un un spreader. Este hereje se iba a arrepentir de lo que había hecho y yo no tenía la más mínima duda de que le iba hacer entrar en razón. 

Menos mal que estaba atado porque no paraba de moverse. Yo había preparado muy bien mi discurso, sobre las normas y valores que tenía que aceptar si quería ser perdonado y reintegrarse en la sociedad, pero no estaba funcionado por lo que tuve que actuar y empezar a aplicar castigos físicos. Me puse detrás de él y cogí un flogger y le empecé a dar azotes mientras le repetía una y otra vez lo mal que había actuado. Él no paraba de quejarse y decir malas palabras por lo que tuve que ponerle una mordaza y aproveche la ocasión para ponerle unas pinzas en los pezones. Si no entraba en razón por las buenas lo haría por las malas. Y yo no iba a rendirme. Volví a posicionarme a su espalda y esta vez con una fusta comencé a darle en el culo, con más fuerza con cada golpe con el objetivo que se arrepintiera de sus inmorales actos. 

Para ver si el castigo estaba funcionado me puse frente a él y con unos movimientos sugerentes comencé a quitarme la ropa para quedarse finalmente con un conjunto de lencería rojo y lo acompañe con unas negras y altas botas de cuero, esto hizo que rápidamente que tuviese una erección y fue el momento en el que con una caña de bambú le comencé a dar sin ningún tipo de piedad en su miembro erecto. 

Había pasado bastante rato, se lo comenzaba a notar; sus brazos temblaban, estaba cabizbajo, ya no tenía fuerzas, así que decidí desatarlo y ponerle a cuatro patas. Le di un papel y boli y le hice copiar 100 veces una frase que nunca olvidará: «No volveré a tocarme» mientras yo descansaba tranquilamente sentada en una silla y reposaba mis pies sobre su espalda, como el sumiso tardaba mucho en hacer las copias a veces cambiaba de posición y me sentaba sobre su espalda, en esos momentos aprovechaba para jugar con su culo. 

Cuando acabó con su castigo como la erección no bajaba finalmente decidí que ya era hora de que se diese por vencido y darle su merecido, aprovechando que estaba a cuatro patas en el suelo le penetre analmente con el dildo más grande que tenía. Lo que en un primer momento eran gemidos de dolor no tardaron mucho en convertirse en gemidos de placer hasta que eyaculo en el suelo y le hice limpiarlo con la lengua.

Espero que hayáis disfrutado del relato, como podréis comprobar, nuestra imaginación no tiene límites. Estoy ansiosa por vivir y recrear muchas más sesiones de este tipo en el futuro y compartir cada experiencia fascinante y emocionante con todos vosotros. 


Para despedirme, me gustaría comentar que, aunque disfrutamos mucho de estas sesiones tanto mi sumiso como yo, a ambos nos dejan agotados física y mentalmente. Invertimos mucha energía en ese rato que estamos juntos, realmente nos olvidamos de lo que ocurre fuera del mundo y vivimos el presente, creando un vínculo aún más fuerte a través de estas historias maravillosas que nos transportan a mundos increíbles y llenos de aventuras. Por ello me gustaría recordar lo importante que es el aftercare, nosotros después de cada sesión comentamos lo que nos ha parecido, como nos hemos sentido y al final siempre acabamos hablando de lo que nos gustaría hacer la siguiente vez que nos veamos. 

Cariñosamente sádica.

Sadira

3 Comentarios

  • sumie67

    Buenas tardes Lady,
    Me parece una sesión preciosa, con mucha creatividad, confianza, complicidad y emoción. Estoy seguro que l@s 2 lo habéis pasado muy bien. Es Usted un ejemplo a seguir.

  • Uninvited Guest

    ¡¡Pedazo de relato, Lady Sadira!! Cada vez va poniendo el listón más alto, no me cabe ninguna duda.
    Esta vez el trasfondo ha traído a la mente reminiscencias de obras como 1984, Equilibrium y similares; prohibiciones, control de masas… Un mundo distópico, aunque este que ha creado con el afortunado sumiso es verdaderamente atrayente (guiño, guiño).

    Poco pudo opinar, ya que este relato es para liberar nuestra imaginación y forzar animosamente nuestra excitación. ¿O pretende extender ese castigo a aquellos que nos hayamos excitado leyéndole? Dulce trampa maquiavélica nos ha tendido…

    Agradecerle sumamente los momentos que nos proporciona, tanto desde este blog, su rincón, como desde sus redes sociales y otros medios. Mil gracias no serían suficientes, Lady.

    Recalcar también su pequeña oda al aftercare, algo realmente importante en las relaciones y que, personalmente, valoro mucho. Máxime en la forma que se vive junto a usted en cada sesión; toda una montaña rusa de emociones y sensaciones, desde el encuentro previo hasta el final de la sesión, que termina en un timing de recuperación, dulce charla y comentarios constructivos.

    Uninvited Guest

  • sumiso_catalan

    Hola,

    No tengo mucho tiempo para comentar, la verdad. Voy un poco liadillo, pero tengo que decir que es una entrada al blog genial, como casi siempre. Sesiones avurridas contigo veo que es imposible.

    Por cierto, ahora entiendo lo de «a mano ha escrito otra cosa» que comentaste por tus redes sociales.

    Un beso!

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *